11.2.10

Con el mismo dedo que te toco el timbre puedo presionar tu herida. Con la misma mano que te acaricio yo puedo meterte faca. Con la misma que digo mamá, puedo anular tú autoestima. Con el mismo empujón que te ayuda a crecer, puedo tirarte de la hamaca. Y así lastimarte, cortarte las piernas, llenarte de miedos, hacer que no quieras ganar este juego que tanto vale la pena. Yo puedo asfixiarte, reducirte a cero, hacer que no quieras sacarte el sombrero ante este milagro que algunos llaman vida. De la misma forma que hago una revolución te hago un golpe de estado. Del fernet puedo ser un curda feliz o ser víctima y victimario. De la manipulación yo puedo hacer el bien pero también maldades. De paso cañazo que no doy por dar te quito posibilidades. Y yo acá re puesto explicando que es esto de que los opuestos que están dentro nuestro, si bien son opuestos, también son complementarios. Dentro mío bailan Hitler y Mahatma, Buda y Zorba el griego, Mariano Grondona y el Diego, el amor y el dinero, Dolina y el mono Mario. Para hacerme responsable de mis facultades asesinas sufro y muero. Para reírme hasta el llanto cada tanto lloro hasta reírme a pleno. Para mí que menos, más, mejor, peor, muy, tan son trampas de la mente. Para mí que clasifica lo inclasificable porque teme a la muerte. Somos cielo y tierra, agua, fuego, tristeza, alegría, consuelo, franqueza, placer, agonía, soy sueño y desvelo, quilombo y armonía. Si no pongo el freno, a mi mente no estoy el presente, mi cuerpo no siente, estoy como ausente, casi trasparente, como quien dice demente. Hasta cuando sin corazón por el qué dirán sobre nosotros según mi opinión vivir bajo un pulgar no te deja vivir tras algo profundo. Antes de derrocar el perdón desde la nada, voy hacia el todo, del todo a la nada. Me tomo alcohol y haciendo cambio el mundo. A la circunstancia la boicotea el tiempo, a las importancias los miedos.

No hay comentarios: